Comenzamos sellando las pechugas de pollo que hemos salpimentado en una sartén con una cucharada de aceite de oliva, de cada media pechuga, como dice el señor de los pollos hago dos, para que no sea tan grande y se pueda cocinar bien y no se sequen. Preparamos tantas pechugas como comensales. Dejamos a un costado. Cuando estén frías las partimos por la mitad.
En la misma sartén pochamos media cebolla, hasta que quede transparente con un poco de aceite de oliva, luego le incorporamos una cucharada de mantequilla y 200g de champiñones. Cocinamos hasta que los champiñones suelten el agua y se absorba esta agua. A mi me gusta cortarlos grandes, para que luego al comer se noten y no quede como una pasta.
Retiramos y dejamos enfriar a un costado.
A la sartén, que tiene todos los sabores del pollo, cebolla y champiñones le agregamos dos cucharadas de vinagre balsámico, llevamos al fuego y agregamos 1/2 taza de leche evaporada, cocinamos un minuto y separamos.
Prácticamente ya tenemos nuestra mise en place.
Llega el momento de preparar nuestros cuadrados de hojaldre. A mi con una plancha de hojaldre me da para tres personas, pero hay algunos hojaldres que son más pequeños, o nuestros pollos más grandes o sois de mucho comer :)
Cortamos el hojaldre en forma de cuadrado o rectángulo, ponemos la pechuga de pollo con el relleno de champiñones y cebolla dentro, es decir hojaldre, pollo, champiñones, pollo y hojaldre.
Yo normalmente pinto el hojaldre con huevo antes de cerrarlo para que no se abra.
Horneamos en horno precalentado 200ºC por 15 minutos, hasta que el hojaldre esté dorado.
Normalmente sirvo estos cuadrados de hojaldre con unos tomates cherry que caliento en la salsa que lleva la leche evaporada, de esa forma le aportan una humedad al relleno super rico.
Al servir el cuadrado, hacer un corte en el centro y colocar una cucharada de los tomates cherry con salsa dentro.
En la foto, ese día no tenía tomates :(
Caro :)